Las correas largas son una gran manera de mantener el control de nuestro perro dándoles la mayor libertad de movimiento posible. Aunque los perros pequeños sean más fáciles de manejar, también se merecen ganar más libertad y disfrutar al máximo de sus paseos.
Ideal para empezar a soltar a nuestro perro y para practicar la llamada. La correa no dispone de empuñadura, lo que permitirá soltarla por el suelo sin peligro a que se enganche en ningún lugar.
La correa dispone de un pequeño enganche para la placa identificativa de nuestro peludo o para el flasher.
Con una correa corta nuestro perro siempre tirará de ella, ya que no tiene ningún margen de actuación, no puede acercarse a oler nada y no dispone de ninguna autonomía. El olfateo es una necesidad de nuestros perros ya que es una herramienta indispensable con la que recogen información, conocen el mundo y se comunican, y una correa larga le permitirá oler por allí donde quiera sin necesidad de tirar.
Lo mejor de la correa larga es que en cualquier momento podrás hacerla corta cuando sea necesario, o pases por un lugar más transitado. Al contrario, con una correa corta no tenemos margen de maniobra y no la podremos alargar.